Se trata de uno de los indicadores más importantes en cuanto a biodiversidad, ya que permite evaluar el impacto producido sobre el medio ambiente de una actividad humana particular y compararlo con la capacidad biológica del planeta, para de esta forma saber si esta actividad es o no sostenible. De esta manera, pueden analizarse la conveniencia o no de muchos procesos productivos para el equilibrio ecológico.
En términos científicos, la huella ecológica incluye el área de territorio ecológicamente productivo, por ejemplo en cuanto a cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos, que resulta necesaria para producir los recursos buscados y para asimilar los residuos que una población determinada crea a lo largo del tiempo.
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